Paulette Goddard, Marion Pauline Goddard Levy; Long Island, Nueva York, 3 de Junio de 1910 - Ronco, Tesino, Suiza, 23 de abril de 1990) fue una actriz estadounidense de cine mudo y sonoro.
Nació en Whitestone Landing, Queens, Long Island. Fue la única hija de Joseph Russell Levy, judío, y Alta Mae Goddard, quien pertenecía a iglesia episcopal y tenía ascendencia británica.1 Sus padres se divorciaron cuando ella era muy pequeña, y fue criada por su madre. Su padre prácticamente desapareció de su vida, y regresó a finales de la década de 1930, después de que ella se volvió famosa. Al principio, su nueva relación con su padre parecía muy buena e iban juntos a los estrenos en el cine, pero más adelante él la demandó legalmente cuando leyó una entrevista en una revista donde afirmaba que él la abandonó en su infancia. Nunca se reconciliarían. Al morir, él le dejó únicamente un dólar en su testamento. Ella tuvo siempre una relación cercana con su madre.
Charles Goddard, su tío abuelo, ayudó a su sobrina nieta a encontrar empleo como modelo publicitaria, y luego, entre 1924 y 1928, como una de las Chicas Ziegfeld en la compañía musical Ziegfeld Follies, de Florenz Ziegfeld. Asistió a la Preparatoria Washington Irving de Manhattan al mismo tiempo que Claire Trevor, quien también sería actriz.
Tras casarse con un millonario llamado Edgar James, se trasladó a vivir a Hollywood. A principios de los años 1930 participó en papeles secundarios en obras como Las calles de la ciudad (1931), de Rouben Mamoulian, con Gary Cooper y Sylvia Sidney, o en Torero a la fuerza (The Kid from Spain, 1932), de Leo McCarey, junto a Eddie Cantor.
En 1936 rodó, junto a Charlie Chaplin, Tiempos modernos (Modern Times, 1936), la última película en la que aparece Charlot como personaje. Tras el rodaje de la película se casaron en una ceremonia secreta, por acuerdo de ambos. Cuatro años después volvieron a rodar juntos en el film, El gran dictador (The Great Dictator, 1940), película crítica contra el nazismo alemán y, por extensión, contra todos los totalitarismos y dictaduras. Ambos títulos conforman dos de las obras maestras del genial director. Ese mismo año se casaron.
Durante ese tiempo actuó en otras películas importantes como Mujeres (The Women, 1939), de George Cukor, junto a Norma Shearer, Joan Crawford, Rosalind Russell y Joan Fontaine, y en una comedia dirigida por Elliott Nugent junto al cómico Bob Hope, El gato y el canario (1939).
En la década de 1940 rodó la mayor parte de sus películas, entre las cuales destaca el musical Al fin solos (1940), dirigido por H.C. Potter y protagonizado por Fred Astaire y Burgess Meredith (con este último contrajo matrimonio poco después en la vida real, pese a rechazar a su personaje en el film); El castillo maldito, de David Butler (The Ghost Breakers, 1940), de nuevo con Bob Hope; Si no amaneciera (1941), de Mitchell Leisen, junto a Charles Boyer y Olivia de Havilland, en uno de los melodramas dorados de la década; Reap the Wild Wind (1942) y Los inconquistables(1947), ambas de Cecil B. DeMille, la primera en compañía de John Wayne, Robert Preston y Susan Hayward, y la segunda junto a Gary Cooper; Sangre en Filipinas (So Proundy We Hail, 1943), de Mark Sandrich, por la que fue nominada a un Óscar a la mejor actriz de reparto y en la que trabajó al lado de Veronica Lake; La bribona (1945), de Mitchell Leisen, melodrama de factura clásica en el que realizó una de sus mejores interpretaciones; Memorias de una doncella (The Diary of a Chambermaid, 1946) de Jean Renoir, que produjo junto a su marido de ese momento, Burgess Meredith, sobre la novela de Octave Mirbeau y que sigue considerándose una de las joyas de Renoir en su etapa norteamericana; Un marido ideal (1947), de Alexander Korda, unánimemente elogiada como la mejor versión de la obra teatral de Oscar Wilde del mismo título, y Una mujer rebelde (1949), de Emilio Fernández, junto al mexicano Pedro Armendáriz, en una historia situada en plena revolución mexicana.
En los años '50 y '60 sorprendió por querer seguir en activo profesionalmente, en una época en que las actrices se retiraban al cumplir los 40-50 años de edad. De esta época datan sus apariciones en producciones televisivas varias y destaca su participación en Los indiferentes, rodada en Italia en 1966 por Francesco Maselli, en la que compartía cartel con Rod Steiger y Shelley Winters.
Paulette Goddard falleció por "causas naturales", según el parte médico, en la localidad suiza de Porto Ronco, donde vivía en la casa que había compartido con su último marido, el escritor alemán Erich Maria Remarque.
Nació en Whitestone Landing, Queens, Long Island. Fue la única hija de Joseph Russell Levy, judío, y Alta Mae Goddard, quien pertenecía a iglesia episcopal y tenía ascendencia británica.1 Sus padres se divorciaron cuando ella era muy pequeña, y fue criada por su madre. Su padre prácticamente desapareció de su vida, y regresó a finales de la década de 1930, después de que ella se volvió famosa. Al principio, su nueva relación con su padre parecía muy buena e iban juntos a los estrenos en el cine, pero más adelante él la demandó legalmente cuando leyó una entrevista en una revista donde afirmaba que él la abandonó en su infancia. Nunca se reconciliarían. Al morir, él le dejó únicamente un dólar en su testamento. Ella tuvo siempre una relación cercana con su madre.
Charles Goddard, su tío abuelo, ayudó a su sobrina nieta a encontrar empleo como modelo publicitaria, y luego, entre 1924 y 1928, como una de las Chicas Ziegfeld en la compañía musical Ziegfeld Follies, de Florenz Ziegfeld. Asistió a la Preparatoria Washington Irving de Manhattan al mismo tiempo que Claire Trevor, quien también sería actriz.
Tras casarse con un millonario llamado Edgar James, se trasladó a vivir a Hollywood. A principios de los años 1930 participó en papeles secundarios en obras como Las calles de la ciudad (1931), de Rouben Mamoulian, con Gary Cooper y Sylvia Sidney, o en Torero a la fuerza (The Kid from Spain, 1932), de Leo McCarey, junto a Eddie Cantor.
En 1936 rodó, junto a Charlie Chaplin, Tiempos modernos (Modern Times, 1936), la última película en la que aparece Charlot como personaje. Tras el rodaje de la película se casaron en una ceremonia secreta, por acuerdo de ambos. Cuatro años después volvieron a rodar juntos en el film, El gran dictador (The Great Dictator, 1940), película crítica contra el nazismo alemán y, por extensión, contra todos los totalitarismos y dictaduras. Ambos títulos conforman dos de las obras maestras del genial director. Ese mismo año se casaron.
Durante ese tiempo actuó en otras películas importantes como Mujeres (The Women, 1939), de George Cukor, junto a Norma Shearer, Joan Crawford, Rosalind Russell y Joan Fontaine, y en una comedia dirigida por Elliott Nugent junto al cómico Bob Hope, El gato y el canario (1939).
En la década de 1940 rodó la mayor parte de sus películas, entre las cuales destaca el musical Al fin solos (1940), dirigido por H.C. Potter y protagonizado por Fred Astaire y Burgess Meredith (con este último contrajo matrimonio poco después en la vida real, pese a rechazar a su personaje en el film); El castillo maldito, de David Butler (The Ghost Breakers, 1940), de nuevo con Bob Hope; Si no amaneciera (1941), de Mitchell Leisen, junto a Charles Boyer y Olivia de Havilland, en uno de los melodramas dorados de la década; Reap the Wild Wind (1942) y Los inconquistables(1947), ambas de Cecil B. DeMille, la primera en compañía de John Wayne, Robert Preston y Susan Hayward, y la segunda junto a Gary Cooper; Sangre en Filipinas (So Proundy We Hail, 1943), de Mark Sandrich, por la que fue nominada a un Óscar a la mejor actriz de reparto y en la que trabajó al lado de Veronica Lake; La bribona (1945), de Mitchell Leisen, melodrama de factura clásica en el que realizó una de sus mejores interpretaciones; Memorias de una doncella (The Diary of a Chambermaid, 1946) de Jean Renoir, que produjo junto a su marido de ese momento, Burgess Meredith, sobre la novela de Octave Mirbeau y que sigue considerándose una de las joyas de Renoir en su etapa norteamericana; Un marido ideal (1947), de Alexander Korda, unánimemente elogiada como la mejor versión de la obra teatral de Oscar Wilde del mismo título, y Una mujer rebelde (1949), de Emilio Fernández, junto al mexicano Pedro Armendáriz, en una historia situada en plena revolución mexicana.
En los años '50 y '60 sorprendió por querer seguir en activo profesionalmente, en una época en que las actrices se retiraban al cumplir los 40-50 años de edad. De esta época datan sus apariciones en producciones televisivas varias y destaca su participación en Los indiferentes, rodada en Italia en 1966 por Francesco Maselli, en la que compartía cartel con Rod Steiger y Shelley Winters.
Paulette Goddard falleció por "causas naturales", según el parte médico, en la localidad suiza de Porto Ronco, donde vivía en la casa que había compartido con su último marido, el escritor alemán Erich Maria Remarque.
FILMOGRAFÍA
Tiempos modernos (Modern Times, 1936)
The Women (1939)
El gran dictador (The Great Dictator, 1940)
Al fin solos (1940)
El castillo maldito (1940)
Si no amaneciera (1941)
El arca de oro (1941)
Piratas del mar Caribe (1942)
Sangre en Filipinas (1943)
La bribona (íd., 1945)
Memorias de una doncella (Diary of a Chambermaid, 1946)
Los inconquistables (The Unconquered, 1947)
Un marido ideal (An Ideal Husband, 1947)
Una mujer rebelde (1949)
La máscara de los Borgia (1949)
Los indiferentes (Gli indiferenti, 1964)
Tiempos modernos (Modern Times, 1936)
The Women (1939)
El gran dictador (The Great Dictator, 1940)
Al fin solos (1940)
El castillo maldito (1940)
Si no amaneciera (1941)
El arca de oro (1941)
Piratas del mar Caribe (1942)
Sangre en Filipinas (1943)
La bribona (íd., 1945)
Memorias de una doncella (Diary of a Chambermaid, 1946)
Los inconquistables (The Unconquered, 1947)
Un marido ideal (An Ideal Husband, 1947)
Una mujer rebelde (1949)
La máscara de los Borgia (1949)
Los indiferentes (Gli indiferenti, 1964)
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